Crimenes Escalofriantes
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miércoles, 12 de septiembre de 2018
martes, 4 de septiembre de 2018
James Glover y Jeannine Clark
ASESINOS POR NATURALEZA
James Edward Glover nació en 1944 en Detroit, Michigan (Estados Unidos). Desde niño tuvo un historial delincuencial: constantemente protagonizaba peleas con otros chicos de su calle y era frecuentemente suspendido en la escuela. Cometió pequeños robos, gozaba maltratando animales y siempre se sintió fascinado por las armas de fuego.Aunque era un fanfarrón, constantemente fue blanco de las burlas de sus amigos. Tras abandonar la escuela y la muerte de sus padres, terminó en un orfanatorio junto con su hermano Gerald. Allí también fue constantemente maltratado. Cuando creció, se dedicó a vender drogas y a mantenerse de esa manera. Vivía en un sucio departamento de las afueras de Detroit e invertía la mayor parte de su dinero en adquirir armas, las cuáles almacenaba en su vivienda. En 1980, se hizo amigo de Robert Beckowitz, de treinta y tres años, con quien pasaba las tardes mirando televisión, bebiendo y drogándose.
El miércoles 21 de julio de 1982, Glover estaba en su departamento, ubicado en un sótano lleno de armas de fuego en la cuadra 19300 de Woodbine, en el noroeste de Detroit. En ese momento llegaron Robert Beckowitz y la novia de éste, una chica drogadicta de veintiún años, llamada Jeannine Lynn Clark, alias “Charlie”. La chica había sido arrestada por asaltar un banco cuando era menor de edad. Cuando la pareja llegó, de inmediato comenzaron a beber cerveza y a consumir drogas. Luego se sentaron a ver televisión. Miraron un buen rato El show de Benny Hill, pero Glover y Beckowitz comenzaron a discutir.
La pelea fue subiendo de tono, hasta que Glover, enfurecido, se levantó y fue a buscar un arma. Regresó con una pistola, le apuntó a su amigo y le descerrajó un disparo en la cabeza. Beckowitz, agonizante, comenzó a convulsionar. Glover, ante la mirada impávida de Jeannine Clark, fue a buscar un cuchillo de cacería. Presa del frenesí, lo clavó en la cabeza de su amigo, hasta matarlo.
La pelea fue subiendo de tono, hasta que Glover, enfurecido, se levantó y fue a buscar un arma. Regresó con una pistola, le apuntó a su amigo y le descerrajó un disparo en la cabeza. Beckowitz, agonizante, comenzó a convulsionar. Glover, ante la mirada impávida de Jeannine Clark, fue a buscar un cuchillo de cacería. Presa del frenesí, lo clavó en la cabeza de su amigo, hasta matarlo.
De inmediato, Jeannine y él comenzaron a reír y a besarse. Se desnudaron y tuvieron sexo allí mismo, ante el cadáver que continuaba sentado en el sofá. Entonces Jeannine tuvo una idea. Mientras Glover iba a buscar su cámara fotográfica, la chica desnudó el cuerpo de su novio muerto, tomó un cuchillo y lo colocó debajo de su pene. Hundió el arma en repetidas ocasiones, hasta cercenar el miembro y los testículos. Glover tomó fotografías.
La pareja siguió viendo televisión, bebiendo alcohol y consumiendo drogas por varias horas. Pasaban el tiempo desnudos, teniendo sexo. Aprovechaban algunos momentos para mutilar algún trozo del cadáver. Luego lo utilizaban para sus prácticas sexuales. Entre los dos arrastraron el cuerpo hasta la cocina. Allí, usaron una sierra y el cuchillo para decapitarlo. Jeannine posó feliz para las fotografías, al igual que Glover.
Pasaron tres días jugando con el cadáver. Aunque mostraba signos de putrefacción y se estaba poniendo negro, continuaron utilizándolo. El departamento hedía, pero aún hicieron más fotografías. Durante esos días, Jeannine fue en dos ocasiones a comprar más rollos de película para tomar más fotografías; varios vecinos la vieron.
Parte de aquel macabro ritual fue cercenarle las manos y construir montajes: en uno de ellos, pusieron la cabeza sobre un cojín verde, encima de una silla. Metieron uno de los dedos de la mano cortada en la nariz del muerto.
En una de ellas, usando los miembros cercenados, colocaron el pene en la boca del cadáver. Al final, cortaron el cuerpo en catorce trozos y lo envolvieron en bolsas de basura, que pusieron en las tres habitaciones del departamento. El olor provocó que los vecinos llamaran a la policía. Jeannine les abrió la puerta cuando llegaron. Les dijo que Glover estaba muy drogado. Los arrestaron y trasladaron a Glover a un hospital.
Asombrosamente, Glover se declaró inocente en la Trigésima Sexta Corte de Distrito, donde fue acusado de asesinato en segundo grado, uso de un arma de fuego en la comisión de un delito grave y la mutilación de un cadáver. El juez William Hathaway ordenó su ingreso en la cárcel del condado de Wayne sin derecho a fianza y le ordenó someterse a evaluación psiquiátrica. Jeannine Clark quedó detenida bajo custodia policial en calidad de testigo. Los vecinos atestiguaron que ella y Glover se habían visto afuera de su casa en varias ocasiones, noches antes del asesinato. Tras varias semanas, Glover fue encontrado mentalmente competente para ser juzgado. Clark fue acusada bajo el cargo de mutilar un cadáver.
EL CANIBAL DE ROTEMBURGO
¿A QUE SABE LA CARNE HUMANA?
Armin Meiwes tuvo una infancia feliz, rodeado de su familia y los múltiples animales que poseían en su casa en el campo. Su padre y hermanos se marcharon cuando todavía era muy joven teniendo que quedarse a cargo de una madre muy huraña y controladora. La soledad en que se veía inmerso lo obligó a crearse un amigo imaginario al que consideraba su hermano. Cuando llegó a la adolescencia empezó a tener deseos sexuales hacia su hermano imaginario y otros chicos, con los que deseaba crear un vínculo muy estrecho, considerando el comerse a esa persona como el mayor estado de unión, al encontrarse así ésta dentro de él. En un momento dado se une al ejército, donde es reconocido y admirado por sus compañeros, dejando la soledad a un lado, junto con sus ideas y deseos sexuales. Tras más de diez años de milicia deja el ejército, se centró en el cuidado de su madre. Al morir ésta, se siente liberado (y solo), empieza a buscar información y contactos por Internet relacionados con el canibalismo...Así comenzaron sus primeros contactos. Primero un cocinero se ofreció a él y ofreció a dos de sus ayudantes para ser degustados. Armin habría tenido la oportunidad de matarlo y devorarlo. Sin embargo, ante las dudas de la víctima, lo dejó marchar. El banquete sólo tenía sentido si la víctima también estaba de acuerdo en ser devorada.
En el chat conoció a Bernd Jürgen Brandes, un ingeniero de Berlín. La violencia y la tortura formaban parte de los rituales sexuales cotidianos de Bernd. Se citaron primero durante un fin de semana donde pusieron a prueba sus instintos caníbales. Tras la despedida en la estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para que lo recogiese. Quería probar otra vez.

La policía lo arrestó un año después del asesinato.El caso de Armin Meiwes conmovió a todo el mundo por su crueldad. Sobre todo por la popularidad que le dieron los medios de comunicación. El fallo judicial se enfrentó a problemas para condenar al acusado por asesinato pero finalmente Meiwes fue condenado a cadena perpetua por cometer un asesinato con motivos sexuales
En el chat conoció a Bernd Jürgen Brandes, un ingeniero de Berlín. La violencia y la tortura formaban parte de los rituales sexuales cotidianos de Bernd. Se citaron primero durante un fin de semana donde pusieron a prueba sus instintos caníbales. Tras la despedida en la estación, Brandes lo pensó mejor y llamó a Meiwes para que lo recogiese. Quería probar otra vez.
Tras varias horas de conversación, Brandes quiso que el caníbal le amputase el pene. "¡Córtalo de una vez!", dijo la víctima. Con gran cantidad de alcohol y medicamentos, ya no sentía dolor. Bernd ingirió sus propios genitales. Meiwes cortó el pene en dos trozos y los cocinó para ambos.
En cuanto a los motivos que llevaron a la víctima a ofrecerse, Armin manifestó que no entendía el sentimiento de felicidad que Bernd experimentaba. Meiwes asesinó posteriormente a su víctima en la mesa de descuartizar y grabó todo en cámara de vídeo. Descuartizó el cuerpo y conservó la carne, consumiéndola los días posteriores.
Los meses siguientes los pasó buscando nuevas víctimas. Esta actitud fue la que condujo a la policía a desenmascararlo. Un estudiante de Innsbruck denunció a Meiwes, que aseguraba en diversos foros haber probado la carne humana. En el recuento de respuestas se registraron varios centenares de víctimas, dispuestas a dejarse devorar por un caníbal.

La policía lo arrestó un año después del asesinato.El caso de Armin Meiwes conmovió a todo el mundo por su crueldad. Sobre todo por la popularidad que le dieron los medios de comunicación. El fallo judicial se enfrentó a problemas para condenar al acusado por asesinato pero finalmente Meiwes fue condenado a cadena perpetua por cometer un asesinato con motivos sexuales
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